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viernes, 24 de agosto de 2012

Estado de sitio, por Costa-Gavras.

   Quiero aprovechar este post rendir un pequeño homenaje al colega Waslaico, por cuya mediación llegué a esta película de 1973 que ahora recomiendo, basada en hechos reales difícilmente cuestionables. Sin entrar a valorarla en profundidad, sólo diré que me sorprendió su enorme vigencia. Como aval de esto último, me voy a permitir la transcripción de un fragmento del diálogo que tiene lugar, aproximadamente, a la hora y doce minutos, momento en que el lider del movimiento Tupamaro que interroga al funcionario de la AID secuestrado, (alto funcionario de la CIA en realidad), dice:

   “Ustedes no enseñan a defenderse de las bombas sino a utilizarlas. Son ustedes los que necesitan a los terroristas. ¿Por qué? ¿Qué quieren hacer?”.

   Los minutos subsiguientes, en los que un periodista hace una relación pormenorizada de los persojanes que se reúnen para formar una suerte de gabinete de crisis “en la más alta cumbre”, valen su peso, más que en oro, en realidad histórica.

   A día de hoy, lo que entonces (y aún ahora) querían hacer, es de sobra conocido por todos, como asevera Naomi Klein en su obra “La doctrina del shock” (que existe también en forma de documento gráfico). Aunque una película, como tal, no deja de ser “ficción”, catalogarla de tal manera, sería, en mi caso, pecar de simplista, de escaso conocimiento o de falta de perspectiva.

   Para concluir y dado que el particular dramatismo de la recomendación excede un tanto el propósito general de este blog, me excuso y me permito la licencia de modificarlo... por un día.

   Gracias, colega, por abrirme un poquito más los ojos.
  

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